Sunday, January 22, 2006

Casarse o Morir



Varias cosas han cambiado desde el último matrimonio al que fui. La primera y la más importante es mi estado civil: soltera sin compromiso. Más importante no porque el tema me acompleje, sino porque las agradables dos palabras del parte: "y acompañante", se volvieron una pesadilla.
Ahora se casaba un primo y a pesar de desplegar todo mi arsenal de amigos invitables a matrimonio, no pasó nada. Cómo será que incluso mi amiga Rosario me tenía un candidato. "Estoy fuera de training", pensé y entre invitar al pololo de mi mejor amiga que se ha vuelto mi partner para cuanto evento tengo, decidí no molestarlo y partir sola a ver si "caía algo".
Cuento corto. Llegué y me di cuenta que con el último matrimonio habían siglos de diferencia. "Millones", pensé. Partiendo porque éste no era en una Iglesia Monumento Nacional, sino al aire libre. La novia era metodista y la ceremonia le incluyó pastor y todo.
Yo fui con el mismo vestido prestado de la otra vez, el mismo pelo liso fascinante y las mismas chalas, eso sí tapizadas con goma para no pasar vergüenzas. Y partió el matrimonio. Lo bueno de andar sin pareja es que puedo comer sin que nadie me mire con cara de "Contrólate" (mi mamá estaba sentada en otra mesa) y puedo tirar comentarios ácidos sin que nadie me haga callar (insisto, Patty Chamy no estaba ahí).
Así estaba yo... suelta como nunca, con cuatro postres en el cuerpo y en mi segunda roncola cuando comenzó el baile. "Aquí morí", pensé. Aparte de mi hermano, un primo y el típico tío que se le pasan los tragos no veía mucho lolito candidato al bailongo. Efectivamente... partió el vals de los novios al cual la orquesta le incluyó la modalidad "saque a toda la familia".
Yo, que había ido al baño y no me percaté, voy cruzando el escenario cuando el novio me agarra y 1-2-3 1-2-3. "Yo no le hago al vals", lo miro compungida. "Yo tampoco", me dice mi primo y vamos denuevo 1-2-3 1-2-3. Pésimo... el peor baile de la historia. Si algún día me caso juro que reemplazo el vals por el tango (siempre que encuentre un novio argentino o bailador de tango). Si no, por la guaracha, la cumbia, la salsa o el reggaeton, pero vals... never again.
Cuando logré zafarme de la vergüenza llega mi hermano y me saca a bailar. Sí... yo también me acordé del dicho "Más fome que bailar con la hermana", pero era lo que había y así me reivindicaba del chascarro del vals. Al son de Chichi Peralta bailábamos de lo lindo. Tan bien lo debo haber hecho que apenas me fui a sentar se me acerca el tío curadito para "cocederle esta pieza".
Uffff... ¿han tratado de decirle que no a alguien con copete? Para evitarme la vergüenza, acepté. Mi tío bailaba cual Tommy Rey: le ponía pechito y todas esas cosas... le faltaba el puro rallador de zanahoria.
Por fin logré arrancarme no sé cómo. Corrí donde mi primo a pedirle que por favor me presentara algún amigo que hubiese ido solo "para bailar no más". Pero entre tanta foto y recuerdito, no tuvo un minuto para dar curso a mi petición. Corrí donde su madre, mi tía, la cual me agarró de un brazo y me presentó a un lolito. "Me la cuidas, mira que es mi sobrina chica, ah". Mis casi 22 años se quedaron no sé donde. Es atroz, no hay persona en mi familia que no me presente como la "algo" chica. Soy la hermana chica, la prima chica, la sobrina chica y vamos contando.
Miré a mi partner y decidí ser encantadora. Aunque no lo crean, cuando lo decido puedo ser TAN amorosa. Total... eran un par de horas de copete y baile gratis. Cuando estaba en mi mejor pose de "prima chica adorable", paran la música.
"Dónde están las solteras", dice el caballero de la orquesta. Ante tanto pedido de reggaeton y él sin saberse ni medio —tocó dos con ritmo de cumbia y sin letra—, decidió empezar con los ritos.
Antes que terminara la frase yo ya estaba colgada de uno de los hilitos de la torta. No saqué ni guagua ni anillo (menos mal), sino una cosa redonda indefinible. De ahí vino el ramo con colita incluida. Y no me van a creer que me pasó por el lado y no lo agarré. Y ahí... en ese preciso momento me di cuenta.
Tanta Barbie de novia, tanta guagua para cuidar cuando chica y yo con tantas otras aspiraciones en la vida. No sé en cuantas cosas pensé mientras el ramo caía al alcance de mi mano... y yo sin estirarla. Pensé en el postgrado, en mi ex pololo y en yo vestida de novia... y no me hallé. No todavía. No aquí ni ahora... tal vez más adelante y con muchos más proyectos hechos y sueños cumplidos.
Pensé en Barbie ejecutiva, —mucho menos vendida que la de matrimonio—, en un lolito que me entendiera tal cual como soy [¡por Dios qué difícil!] y en los finales de las teleseries en donde no existen más posibilidades que casarse o morir.
Y pensé en mi pobre madre que jamás aprobaría lo que estaba pensando cuando de pronto la sobrina de la novia a grito pelado me volvió en mí. La cabra chica había corrido y agarrado el ramo, y saltaba de alegría.
Sonreí. "Ella está más cerca de la etapa ‘Barbie novia’ que yo", pensé. Y volví donde mi improvisada pareja que se alistaba para bailar la colita. Porque había liga y manteo y todas esas cosas rascas que a mí me encantan.
No agarró la liga, pero seguimos bailando toda la noche. Y lo pasé bastante increíble, mucho más de lo que tenía presupuestado. Saldo positivo para mi primer matrimonio de vuelta a la soltería.

3 Comments:

Blogger valeria said...

Creo que es bastante lógica tu postura de Barbie ejecutiva: tienes apenas 22 años, no has terminado la U y estás en una situación de soltería reciente que obviamente aumenta la distancia entre tú y la novia.
Disfrute las etapas mientras pasan sin cuestionarse nada. Puede que más adelante seas la Barbie novia y vas a decir: "Ohh, qué cambio" o puede que no y bien también.
Ah! A mí tb me carga el vals. De hecho hablé con mi papá y quizás bailemos "El Galeón Español"... ¡la lleva!
Un abrazo.

January 23, 2006 4:39 AM  
Blogger 仌 R.Z 仌 said...

Hola, me reí "hasta las lágrimas" con tu suavecito blog. Estaba de lo más light, nada de ponzoñoso, como acostumbras. Hipocalórico.
By the way, welcome al PSM (partido de solteros militantes). Julito Martínez hará el discurso inaugural de tu bienvenida. Y la próxima semana tenemos una serie de charlas de autoayuda con el gurú Coelho.
Después hay más actividades, iremos a ver "soy feliz pero no tengo marido", una adaptación de la obra de teatro. Por supuesto que cada una llega sola. Obvio.
Para terminar con broche de oro en dos semanas más el partido nos pone una prueba de fuego: matrimonio. La idea es que las militantes vayamos solas,a ver si te logras adaptar a la dinámica partidista.
chaito.

January 23, 2006 9:51 AM  
Blogger valeria said...

y????
el post de los 22????
cuándooo?????

January 30, 2006 7:14 PM  

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