Tuesday, April 25, 2006

Rojo PUC

“Cómo no vamos a ser capaces”, pienso mientras veo a la coreógrafa moverse con una soltura que yo no he practicado en años. Y bueno… se hará lo que se pueda.
A mi lado hay otros seis postulantes a la primera audición de mi vida. Es para un musical que montará la Universidad, pero más parece prueba de Rojo: todos comentan que es “el sueño de su vida”, todos imitan a la coreógrafa con su mejor intento y todos sobreactúan la canción que quisieron cantar de un lado al otro del escenario. Todos menos yo, que llegué aquí de chiripa, que voy como cuatro años más arriba que ellos y que, de verdad, nunca me ha gustado la sobreactuación. Sí la actuación, pero mi vida seguirá si es que no logro el ansiado trofeo de María Magdalena, buscado por las 80 mujeres que están en la cola para la audición. “De algo que me haya servido ver protagonistas de la música”, medito mientras miro cómo dos novatas se pelean un cupo en la lista de espera.
“A un lado, al otro, giro con el cuerpo. Salto, vuelta, giro, caigo al suelo, me levanto y salgo corriendo”. ¡A ella le sale perfecto, cual Rosita Piulats! Y yo, que el único giro que he practicado últimamente es el “medio giro con cabello”, no logro coordinar la vuelta sin parecer hipopótamo. Pero bueno… vine a cantar, no a imitar a la Icha.
Ahí estoy, cual bailarina de René de la Vega. Sin contar lo peludo de la coreografía, mis pantalones formaloides —había tenido presentación de proyecto de investigación en la mañana— no sirven mucho para arrastrarlos por el suelo y claro, caigo y me paro con una “delicadeza” digna de “Me volví loca, me volví loca, bajé las paltas”. Además, para qué estamos con cosas, mi estado físico es más bien deplorable —por no decir patético— y no lograba coordinar una pata cuando ya estaba a punto de correr en busca de un inhalador.
Por fin se acabó la tortura de la coreografía —tampoco es para tanto… con más tiempo y menos kilos hasta salto les hacía—… empezó lo bueno.
“Piensen en una canción que les guste mucho. Lo importante no es que canten demasiado bien, sino que la interpreten, que notemos que la sienten”, sentenció el director al que no se le movía ni medio músculo de la cara. “¿Quién quiere partir?”
Saltó uno de los hombres presentes. Parece piolita, tímido, hasta que empezó a cantar. La performance era —cómo decirlo benévolamente— indecorosa. El lolito en cuestión apenas cantaba, ahora, cosa que no hubiese importado demasiado si no hubiésemos estado practicando un MUSICAL. Además, movía las manos, los pies y la cabeza como si estuviera predicando en el Paseo Ahumada. Intenté no reírme —lo prometo— pero no sé si me resultó.
Lo que siguió no fue mucho mejor: los dos hombres que siguieron andaban por ahí con el predicador callejero. De ahí, las mujeres… “¿Quién parte?”. Nada. “Ya pues”. Nada. “¿Cony?” ¡Ouch! Los beneficios de que el director se supiera mi nombre…
Camino hacia delante y ahora sí que me siento en TVN. Al frente mío, un poco en alto, tres jurados me miraban: el director —estilo Jaime Coloma— la coreógrafa —tipo Amaya Forch— y otro NN que no sé qué hacía ahí, pero estaba —exacto, un Julio César cualquiera—. Sonreí, dejé mi torpedo en el suelo y comencé con mi pulcra, serena, sentida —ojo, no sobreactuada— y auténtica interpretación de María Magdalena. “Gracias”, era la voz del dire para indicarme que hasta ahí no más cantara. “Pucha, estaba inspirada”, pienso mientras me echo hacia atrás para dejarle el escenario al resto.
Mientras cantaban las demás yo pensaba en las muchas cosas que podría haber hecho y no hice, en las opciones que no tomé al estudiar periodismo y en mi voz, que mal que mal sigue ahí, conmigo, como pocas cosas. Y me sentí bien, contenta. Por un momento volví a mi época de colegio cuando el ambiente musical viñamarino me conocía como el talento vocal que nunca más fui. No era una Icha ni una Maura, pero podría perfectamente hacer un dúo con Leandro —oh sí—. En eso estaba cuando un nuevo “Gracias” interrumpió mis cavilaciones. La audición se había terminado. Yo también di gracias y salí. No sé cómo me fue, no sé si quedé en lo que me gustaría —considerando la primera parte de la prueba con suerte terminaré levantando el cartelito de “Crucifíquenlo”—, pero fui feliz por un momento y pucha que no me pasaba hace tiempo.
Así me fui, contenta. Salí de la sala rumbo al metro. Combinación con línea uno hasta Escuela Militar y de ahí a patita a mi casa. La felicidad me duró hasta que mi madre —sí, Patty está de visita— me miró y me dijo “¡Qué te pasó en los pantalones!”. Hasta ahí me llegué: con tanto giro y tanto suelo tenía un rajón desde la cintura hasta la pierna ¡se me veía todo lo que es el clachuncho! Menos mal que los colaless los había dejado en la casa y andaba con unos hotpants. ¡Horror! “Si la violación es inminente… relájate y disfruta”, pensé y me reí a carcajadas mientras mi madre me cosía los veintiúnicos pantalones seudo formales que tengo.
Igual no más… ¡Afírmate María Jimena! ¡Tiembla Daniela Castillo! ¡Agárrate Monserrat Bustamante! Que Cony Hola —opción 69— viene para quedarse.

6 Comments:

Blogger valeria said...

JAJAJAJAJAJAJJAJAAAA!!!! a ver?? sí... JAJAJAJAJAJAJAJAJAAA!!! Pero migui, no te pueden pasar esas cosas!! ¿Tan necesitada estás que tienes que "mostrar los churrines" a Pedro, Juan y Diego?
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAAA!!!
Besos y coméntame pu!

April 26, 2006 4:39 PM  
Anonymous Anonymous said...

jajajaja (for ever) me rei mil

aaaayyy ke tiempos cuando te ibamos a ver con rossana y demases a todos los lados donde cantabas
eramos como tu fans club jajajaja

eran buenos tiempo
te kero cony por si se te habia olvidao

un besote
suerte

y ah! me acuerdo ke una vez te dije ke fuerai a rojo jajaja

tau loka

April 26, 2006 8:13 PM  
Blogger Lau said...

Para variar, me reí mucho con tu post. Pasan esas cosas a veces, cuando uno hace algo que realmente ama -en mi caso, actuar- y se cuestiona qué cresta hace en el último año de Periodismo. Será que también nos gusta. Pero lo rico es que siempre puedes cantar en tocatas, fogatas y esas cosas. Al menos me acuerdo cuando en primero carreteábamos todos juntos y terminaban cantando ustedes. Linda época.
Un besito.

April 27, 2006 7:24 PM  
Anonymous Anonymous said...

Cantar se nota que es una de las grandes pasiones de tu vida y a pesar de que no te he oído, me imagino que presentarte a un musical, es porque debes hacerlo muy bien.

También sé que periodismo es lo tuyo. Informarnos a todos nosotros, tus fieles lectores, el día a día de las vivencias cotidianas, las proyecciones del mañana, etc., es una inmensa satisfacción.

Ahora bien, una periodista cantante no creo haberla visto aún en Chile y una buena cantante en este país por Dios que cuesta... entonces, sumando y restando... prefiero que Cony Hola nos informe con el profesionalismo que nos ha demostrado y nos de, de vez en cuando, un concierto privado en cada una de las reuniones que podamos encontrarla.
¡Felicitaciones!
Ignacio

April 28, 2006 1:18 PM  
Anonymous Anonymous said...

Guaja... Me rei hasta las lagrimas.Las risas se esparcieron por San diego tambien.
me habria encantado verte. Hace tiempo que no te veo en ninguna "performance".
Concuerdo con la pame..esos eran buenos tiempos...
Besos de tu fan.je-je.
Chau

April 28, 2006 3:38 PM  
Blogger Isa said...

Querida opción 69:
¿Cuándo tendremos los resultados de la audición? Yo nunca te vi cantar... quiero ir a verte de María Magdalena!!!! O, en su defecto, en tu mejor performance de "crucufíquenlo!!!" Nunca olvides que no es cualquier yisus el que está en juego, es yisus PUC!!!

April 30, 2006 5:42 PM  

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