Thursday, April 06, 2006

Quiero brindar por mi gente sencilla...

Primero que todo: pido disculpas por el mal diseño de este post. Supuestamente cada personaje iba a llevar su correspondiente pollaroid, sin embargo, el blogger está en huelga contra la conexión de mi casa hace algún tiempo y no hay caso que me suba las miserables fotos, así que tendrán que leerlo así no más, por mientras solucionamos el problema técnico.

En general nos dicen los Peñaloza. Nunca he sabido por qué. Se supone que hace años había una serie como “Los Cárcamo” que se llamaba “Los Peñaloza”, pero nunca me enteré. Bueno, para que se hagan una idea, lo más parecido televisivamente a mi familia son los Sa-Sa. No tendremos casa en Chicureo ni un Ferrari convertible, pero somos gritones, acolchonados, comilones y cariñosos como ellos.
Debo reconocerlo: tengo una doble vida. Si mi vida en Santiago es como una Sitcom, con Carrie Bradshaw incluida, la de Viña del Mar city es como una comedia chilensis ordinariulis, pero muuuuuy divertida.
Antes de que existiera la Martuca, nosotros ya teníamos nuestros propios personajes bautizados, oleados y sacramentados. He aquí la jungla de los Hola.

Patty Chamy: Bueno, Patty Chamy es un personaje en sí, así que no le tenemos nombre. A lo más a veces le decimos “la vieja”, pero es de cariño. Como hay dos post con anécdotas de ella sólo me limitaré a contar una que se me olvidó y que es, lejos, la mejor. Hallábamosnos en Caldera, hace fácil 15 años atrás. El pueblo era un caserío de mierda donde LA actividad cultural del fin de semana era ir a misa. Y eso hicimos. Estábamos todos los Hola Chamy de vacaciones visitando a Patricia Martuca —hija de la matriarca—, Marcelo Fabricio y Xaviera Betsabé cuando Marcelo Fabricio estaciona el vehículo para bajarnos. Las niñitas Cony María Paola de unos 8 años y Xaviera Betsabé de 3 nos bajamos por el lado de la vereda, como corresponde. Patricia Martuca iba en el asiento del copiloto y Patty atrás de ella, pero como Marcelo se había estacionado hacia la izquierda, ellas quedaban al lado de la calle. En eso se bajan ambas, cierran las puertas y se oye un estruendoso grito.
— ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyggggggggggggggggrrrrrrrrrr!— explota Patricia Martuca.
— ¡Las niñitas! ¡Atropellaron a las niñitas! ¡Qué alguien haga algo!— grita Patty desesperada. Corre de un lado para otro mientras yo, de la mano de Xaviera Betsabé, la miro sin entender nada. “¿A quién atropellaron?”, me pregunta la infanta. “No sé”, le respondo. Mientras tanto, Patricia Martuca seguía gritando como chancho en matadero y mi mamá desesperada. No deben haber sido más de 10 segundos, pero se hicieron eternos. En eso, Marcelo Fabricio grita: “¡Suegra!, le está apretando los dedos con la puerta a la Pato”.
Efectivamete. Patty había cerrado la puerta del vehículo con los dedos de mi hermana adentro y lo peor es que con todo el escándalo no se había dado cuenta. Cuando por fin rescataron la mano de mi hermana, ésta estaba casi morada… just Patty Chamy. Demás está decir que nos hicimos famosos en el pueblo.

Patricia Martuca: La Pato, como cariñosamente la llamamos, pasó por varios nombres magistrales, pero finalmente quedó con el característico de la líder Sa-Sa. Básicamente porque, junto conmigo, es la que más “lesea” con el tema de que somos picantes y que “Masha shoro y erizo, somos de Valparaíso” (aunque siempre hayamos sido de Viña), “Eo Eo Eo…”, y lo que sigue. Por fuera se ve santita y no se hace mayor problema por nada, pero tiene pasta para la juerga. Es la que más paciencia le tiene a Patty Chamy —aunque casi la haya dejado manca— y cuando se enoja, se enoja, aunque le dura cinco minutos. Es famosa por llorar de la risa SIEMPRE… y eso, créanme que es un espectáculo. Empieza a reír y no puede parar, entre que se ahoga y trata de dar explicaciones, terminamos todos con ataque de risa del ataque de risa de Martuca. Es una esposa devota de san Marcelo Fabricio y una madre malcriadora, especialmente de Jonatan Brayan. Excelente parvularia, pero de la puerta para afuera, porque todos recordamos con melancolía aquellos gritos pedagógicos que pegaba cuando la Xaviera Betsabé no se quería tomar el remedio en Pucón o sus razones de “nosotros no salíamos a su edad, así que ella tampoco” que daba para alentar a Patty Chamy a que me redujera los permisos. En ese sentido, también nació con el gen de madre insertado y yo fui su primer experimento de hija.

Karen Yesenia: Como dijo alguna vez uno de mis “ec”, Karen Yesenia tiene un humor muy particular. Aunque se hace la dura de entrada —¡es que somos hermanas!—, cuando agarra confianza no hay como librarse de ser su material para el weveo. Profesional ersitosa, es también la más obsesiva de la familia y la más poco moderada cuando se tienta con algo. Pobre del que se suba al auto con ella cuando recién se compra un CD… todos los que íbamos en el Vieja Juliá —nombre de su auto a raíz de su patente, VJ— terminamos con todo “Fijación Oral” de Shakira aprendido después de un viaje a andar a caballo. Hasta mi ec aun canta las canciones que, por lo demás, nunca le gustaron. Cuando se le mete algo a la cabeza no hay como sacárselo. Tiene una memoria retentiva que no permite ni perdón ni olvido y más de alguna vez todos nos quedamos atónitos con sus compras “tentadas” que van desde una seudo pileta que tiene en el living —sí… les dije que éramos los Sa-Sa, no se me espanten— hasta un pendrive que aun no sabe cómo usar. Lleva casi dos meses en Santiago y aún se espanta con los tacos y se pierde con las calles, pero finalmente ahí está cuando la pobre esclava del periodismo acá presente está muerta de cansada: me va a buscar.

René Jason: El tercero de los hermanos y el primogénito de los hombres. Es catalogado en la familia como “el regalón” aunque él siempre alega que yo le quité el puesto. Este cabro es el más piola, como quien dice. En jerga de Coco Le Grand “se hace el weon”. Ahí está, siempre calladito, sólo habla lo necesario, pero hay que afirmarse. Porque tiene ese humor negro de dos palabras que cuando las pronuncia… no queda pájaro parado —es que también somos hermanos—. Este es buen cabro, se fue chiquitito a estudiar al sure —bueno, a la misma edad que yo me fui a Santiago, pero para Patty Chamy es una eternidad— y de ahí no volvió.
Habla cantaíto y es un chiste en confianza. Sus poses fotogénicas o sus gases “a todo cachete” —literalmente— son famosos desde Viña a Temuco. También son famosas sus bromas telefónicas y sus voces histriónicas que —lamentablemente— siempre cachamos, excepto Patty que de repente aún cae. Su mayor gracia fue haber salido cantando y bailando “a lo Ballet” “My Bonnie” en medio de una reunión familiar, de la nada. Lástima que yo no nacía aún para haberlo visto.

Luis Alberto Badi:
“El guatón” como le decimos al menor de los Sa-Sa —antes que yo, claro— es el gordito buena onda de la familia. Bueno, todos somos gorditos, pero él es el buena onda. El rey del asado, el guatón parrillero, cae bien donde va. Es bueno para los chistes y siempre deslumbra con su ingeniosa prosa y sus dotes histriónicos para relatar esos chistes o vergüenzas familiares. Su material preferido: yo. Me wevea desde que tengo uso de razón… no hay pololo al que no haya deleitado contándole alguna de mis anécdotas infantiles… no me baja del columpio, pero ya me acostumbré.
Es un papá ejemplar —vive y respira por sus niñitas— y, al contrario de René Jason, hace muy bien las tareas domésticas. Además baila como un trompo —gran valor en un hombre— al ritmo de Tommy o Juan Luis.

Marcelo Fabricio: Aunque técnicamente no tiene sangre Hola, el esposo de Patricia Martuca es uno más de la familia. Más papista que el Papa, muchas veces recuerda más anécdotas que cualquiera de nosotros. Tiene una paciencia de santo y es divertido a cagar, como quien dice. Por ejemplo, son famosos sus shows de gangoso en lugares públicos tipo “Cine” o “Mall” y cuando no le hacemos caso en irnos de algún lugar o algo por el estilo, no duda en gritar de un lado a otro “Estefani, Yesenia, no te andí parando que te voy a sacarte la cresta” o cosas por el estilo. El “asociégate” es su caballito de batalla y muchas veces —como yo le sigo la cueca— terminamos los dos solos en el pasillo de alguna multitienda mientras el resto de la familia huye a esconderse con cara de “no los conocemos”. Pero es un gran cuñado… mi “big brother”. El que siempre estuvo, está y estará ahí, pase lo que pase. El primero al que llamo cuando tengo algún problema o algún triunfo, porque él es el que más me los celebra. De hecho, el otro día lo llamé para contarle que me quedaría trabajando todo el año. Me contestó Patricia Martuca y yo pedí hablar con él. Se alegró mucho y me invitó a comer —as always— mientras mi hermana tomaba el teléfono y me pedía explicaciones de por qué no le había contado a ella primero, si me había contestado. “Yo soy tu hermana” —¿Luke, soy tu padre?—, me dijo. “Y Marcelo también”, le respondí yo. Y todos reímos… as always.

Bueno… ese es mi núcleo, welcome to the jungle. Este es sólo el comienzo.
Ya vendrán “los sobris”: Xaviera Betsabé, Nicolás Byron, Ignacio Jonathan Brayan Mathew Derek Generick Michael Charly, Renecita Vaitea Yulisa y Fernandina Sharon Jeannette.
Coming soon!

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Mametaaa!!!
Má weno que el pam con shasho tu artículo del blos!!!
Cúidaito si con lo que los vai a ponerlos a los sobrinits.
Ya hablando en serio... espectacular mi linda, a todos nos encantó, por lo menos a los que no estábamos viendo el tenis hoy en la tarde.
Millones de besos a la distancia, te quiero.

April 07, 2006 7:56 PM  
Blogger Lau said...

Wenísimo el post. Me reí, como siempre. Me encantan las familias así, achoclonadas, cada uno con "su gracia", personalidades entretenidas... ese tipo de cosas. Ya sabes que en mi casa es más o menos así... me entró la duda de si alguna vez viste a mi papá bailar el cojo? Si no, te lo perdiste!!!
Besos!!!

April 09, 2006 12:42 PM  
Blogger valeria said...

migui!!! siempre con tan buena pluma... oye, te dejé una tarea en mi blog...
enjoy!

April 12, 2006 9:08 PM  

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