Saturday, May 20, 2006

La DIGNIDAD empieza por casa (propuesta para los excedentes del cobre)


Estoy furiosa. Los que me conocen saben lo que eso significa, así que lo siento, pero si quieren un post agradable y divertido, cámbiense de Blog porque este no lo es.

Insisto, estoy furiosa, mientras dos quiltros paupérrimos se pasean por la sala. Corren, se muerden, juguetean, se me acercan. A esta altura tengo ganas de pegarles una patada —sí, ódieme la sociedad protectora de animales—, pero me contengo. Salen arrancando, ha llegado un nuevo quiltro que alguna vez tuvo un ancestro siberiano o akita… con tiña. Esto ya es una chacra… o sea, no estoy ni en la plaza de armas ni en la de la Constitución. No estoy en el Paseo Ahumada ni en el monumento a Prat. No. Estoy en un HOSPITAL, en la sala de URGENCIAS del hospital Gustavo Fricke, en Viña del Mar.

Mi abuela —no de sangre, pero sí de corazón— tuvo un dolor al pecho fuerte. Para los que no conocen a “la Viejita” es una “Lola” de 83 años, simpática, simple, divertida y soberanamente dulce. Como no es alharaca y además del dolor, apenas podía caminar sin cansarse, decidieron descartar una neumonía.

Llevamos una hora esperando y nada. Luego de un café, un jugo y dos mankekes, la poca paciencia que tengo se me está acabando. Voy a botar los envoltorios de mi vituperio cuando me topo con un basurero atiborrado. Claramente no lo habían limpiado en todo el día (son las 9 de la noche), pero por lo menos está debajo de un cartel que dice "Protéjase del Hantavirus". "¡Qué bonita forma de enseñarle a la gente!", pienso yo.

La hora sigue pasando y la idea de que se viniera en ambulancia Help era que tuviera una atención más rápida. Vaya que sí. Por votación unánime la periodista debió acercarse al mesón y preguntar por ella.

Una señora regordeta, “rubia” —si, entre comillas y bien entre comillas— y con pinta de “no estamos para atenderlo” me contesta que no hay nadie con ese nombre. Como el ambiente no era de lo mejor —no es que esté acostumbrada a la Clínica Alemana o Las Condes, pero por lo menos podría ser un poquito más higiénico el asunto—, me salió el ogro que llevo dentro:
“Cómo que no, si entró hace una hora y en ambulancia”
“No. Acá no”
Cada vez se me va desfigurando más la cara.
“¡Có-mo-que-no! Le dicen que entró con Help y la ingresaron"
Otra vieja, esta vez “colorina” escucha desde la silla del lado. “Ah, la señora que no se llamaba así”
Ah no, yo la conozco hace 22 años y fíjese que siempre se ha llamado así. Mire que interesante, además de recepcionista es oficial de registro civil la señora.
“Que sí se llama así”
“Ah bueno, pero no la ingresamos así”
¡Como si el problema fuera mío y no de la idiota que puso mal el dedito en el teclado! Que, dicho sea de paso, era ella misma.
Entre todo llegó un guardia gordito con cara de buena persona. “Cómo se llama la señora”. Antes que le contesten una aberración, le grito el nombre yo. “Voy a ver, al tiro vuelvo”.

Efectivamente, estaba, no la habían abducido, no se la había tragado el water, ni la máquina de rayos X la había pulverizado. Estaba ahí, en el box 4, ardiendo en fiebre y con una pleuroneumonía. Todavía no sé que es, pero sí sé que es peor que una neumonía y que la dejaron hospitalizada.

Cuando logré entrar —habían tratado de dejarme afuera, pero “eskiusmi”, no contaban con mi astucia— casi me voy de poto. La impecable “higiene” del lugar no se quedaba sólo afuera, no. No me hubiesen importado tanto las pareces corroídas, las manchas de sangre y los corazones “Brayatan y Yoselyn” en las paredes, si no hubiese entrado al box 4 —escrito en un cartón de caja, con plumón rojo y pegado con scotch en la puerta— y hubiera visto lo que vi.

El box estaba dividido en dos por una “cortina” —llámese sábana con hoyos puesta en una barra como de tina de baño—. A un lado un señor que se quejaba como de muerte, al otro, mi abuela. No es porque sea ella, pero es lo más linda que hay. Hasta con fiebre y en ese hospital de mierda.
La vamos a tener que hospitalizar, sáquese la ropita y póngase este camisón”. Insisto, no es que me hayan criado en la Clínica Las Condes, pero esa cagada de camisón con las mangas cortadas con tijeras tipo “casero me sobró un saco de papas, se lo dono al hospital”… ¡o sea! Bueno, no es tan terrible, por lo menos está limpio —y por eso roguemos al señor—. Se lo ponemos y ahí se queda, tranquilita, tapadita.

No llegan nunca a enpezarle el tratamiento y por mientras ya se levaron al caballero de la cama del lado, entraron otro que están nebulizando y en el lavamanos —que queda para el lado de la Vieji— se lava la cabeza ensangrentada un tipo al que asaltaron o chocó, no me quedó muy claro y tampoco pregunté.

Con suerte las jeringas son nuevas, pero todo lo demás “huele a podrido” de viejo, como diría mi amigo Hamlet.

Y lo encuentro el colmo. Más aún cuando nos avisan que “no hay cama” asíq ue se tendrá que quedar en esa camilla mugrienta all night long. Por supuesto que con la luz prendida y con cuanto enfermo de urgencia le pongan al lado. Si tiene suerte en una de esas le toca hasta un infartado, vaya uno a saber.

Los ojos se me llenan de lágrimas y salgo de la sala. Ella no se lo merece. En realidad nadie. Recuerdo que en la Universidad alguna vez me enseñaron de la DIGNIDAD ONTÓLOGICA, esa que tiene uno “per sé”, por el solo hecho de ser persona. Mi viejita tiene mucho más que eso, es la persona más digna que conozco y está ahí, botada en una mugre, literalmente, de hospital.

Nunca he sido populista —me caracterizo por ser todo lo contrario— pero ¿qué chucha sacamos con convertirnos en el país más rico de latinoamérica, con que crezca la inversión extranjera, con tener el cobre a US$4 la libra, si en las cosas simples, en las necesidades básicas, no tenemos DIGNIDAD?

¿Y no saben qué hacer con los excedentes del cobre (que por lo demás superan con creces la regla del superavit estructural como para que sigan ahorrando eternamente)? ¡Tienen que formar una comisión de “expertos” y hasta andan ofreciendo préstamos a otros países! Señora Blanlot, estimada ministra, por qué antes de andar tratando de solucionarle la deuda a los países del tercer mundo no se da una vuelta por alguna posta de este que pretende ser del primer mundo. Porque claro, la caridad empieza por casa y no sacamos nada con tanto TLC, tanta carretera nueva, tanta inauguración de última hora y tanto paseíto por Isla de Pascua —con collarcito y bailecito incluido— si la gente, en sus necesidades básicas no tiene DIG-NI-DAD.

Tan de moda que están los derechos humanos y éste, que es bien fundamental, parece secundario. Habrá que estar muerto, salir en los medios o escaparse en balsa de alguna parte para tener derechos humanos, digo yo.

Y ojo, que yo no soy UDI ni nada por el estilo. A mí “mi Presidenta” —y lo digo textualmente— me cae bien, pero dónde cresta están las prioridades, dónde cresta están los recursos… dónde está la alegría… ¿o todavía no viene? ¿Acaso no tenemos una Presidenta doctora y ex ministra de Salud?

No sé, pero mientras yo escribo esto una de las personas que más me importan en el mundo está sufriendo de una manera francamente indigna y eso es algo que ni los 20 mil millones de dólares de excedentes del cobre pueden recompensar.

9 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Puta Cony ke lata, me dio n pena en verdad, este pais es como la mierda en salud publica...realmente se pierde la dignidad.

Pero fuerza, y no te muestres asi delante de tu "viejita" pq mas se angustia.

un besote y espero de todo corazon ke se recupere

Aioooozzzz



pd. mmmmmmmmmmmmmm hace como 7 años recuerdo haberte visto con una polera azul y letras amarillas ke decian "viva el cambio"... too ke andabai apoyando lavin por esa epoca, mil udi ke erai pos mi cabris, ke pasho?... el ke se arrepiente se salva dicen jajajaja

eso una aportividad, pa ke te riash un rateli
ahora si
Chao carlo!

May 20, 2006 10:31 PM  
Blogger Lau said...

De acuerdo contigo. Una vez tuve que ir a ver a una prima al hospital público de Concepción. Casi me infarté de lo que vi. Más o menos las mismas que describes tú. Realmente indignante. Yo tengo el celular de la Ma Soledad Barría, ministra de Salud, al menos el que tenía en el verano. A ver si la llamamos y qué nos dice. O nos plantamos afuera del minsal a alegar. Pero es verdad, algo hay que hacer.
Te apoyo cien por ciento y espero que tu abuelita se mejore.
Un beso grande.

May 20, 2006 10:31 PM  
Blogger Constanza Hola said...

Primero, este post no era para un debate sobre mi opción política, sino sobre injusticia social, no perdamos el norte, please.

Ahora, y para no sacarle el poto a la jeringa, efectivamente... hace 7 años yo no sólo andaba con una polera "viva el cambio", sino que también tenía un poster. Siempre lo cuento como anécdota. (Ojo.. en la campaña del 2000 simpatizar con el bonachón de Lavín no era sinónimo de ser UDI).
Qué pasó entremedio. Bueno cinco años por Periodismo,donde uno se da cuenta que antes es una simple pendeja de 15 que le compra todo a su única fuente hasta entonces: su familia. "A esta niñita la Universidad la puso compañera", alega Patty. Y bueno... puede ser.

May 20, 2006 11:40 PM  
Blogger valeria said...

Espantoso, por decir lo menos... Me dio risa cuando pusiste "La Bachelket me cae bien", ¡eso no basta!
Lo que pasa es que los políticos se acostumbraron a ver las cosas en "macro", porque es lo que más resalta, es lo que se toma en cuenta en los medios.
Que me disculpen, pero yo creo que este Gobierno no está ni ahí con la dignidad de las personas, SALVO si necesitan votos. No me cabe en la cabeza que teniendo un superávit gigantesco no haya NINGUNA medida de contingencia. No digo que se gasten todo ahora, pero sí un poco.
Me da vergüenza.
Que tu abuelita se mejore.

May 22, 2006 5:34 AM  
Blogger Lau said...

Algo te escucharon parece, viste el discurso del 21? No es mucho, pero es algo...

May 22, 2006 7:04 PM  
Blogger valeria said...

migui dos cosas:
cosa uno: veré qué puedo hacer como editora de v región para sacar a la luz pública los horrores del gustavo fricke.
cosa dos: visita mi blog (el titular)... hay algo que te puede interesar.
besos!

May 22, 2006 11:11 PM  
Blogger Isa said...

Horrible la situación, yo me muero si a mi abue le llega a pasar algo así... pero parece que la alegría tiene para rato antes de llegar, al menos según lo que hemos ido averiguando pa Investigación con la Mel. Yo insisto, si seguimos esperando a que papá Gobierno arregle todos los problemas, moriremos esperando...¿acción ciudadana, cuándo? Besos, y mucho ánimo!!!!!

May 25, 2006 2:12 PM  
Blogger Lau said...

ACCIÓN CIUDADANA!!!! De acuerdo totalmente con mi queridísima Isa. Si no nos ponemos las pilas nosotros no se las pone nadie. Basta ver a la manga de enanos protestando y cómo tienen a Zilic...
Besos.

PS: Espero que tu abuelita esté mejor =)

May 27, 2006 12:40 PM  
Anonymous Anonymous said...

Hola Constanza, sinceramente a mi las salas de urgencias me dan rabia, impotencia y no sé... cuando entro me da una sensación de desprotección terrible y es que el lugar en el que se supone deben curarte, al final sólo sirve para empeorarte...
Me da mucha lata lo que le ha pasado a tu abuelita, espero que ahora esté mejor.
Yo, de haber sido tú, hubiese cometido recepcionicidio con esa rucia y esa colorina que te atendieron tan amblemente en la recepción de urgencias.
Saludos
Alma

May 28, 2006 11:33 AM  

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